bri llan te. no sé qué decir, me parece brillante cómo concentrás tanto en UN algo. me hacés bien, tengo que aprender de esa economía. gracias. (igual un putita de vez en cuando y bien ubicado en contexto nunca viene mal, convengamos. jujuju)
mirala a la jack jack como sabe usar las guidelines para escribir guarangadas.. jaja!!
me gusto mucho, che, muy piola muy! a su vez, "q bien que dirijis el arte" te diria si no fuese una frase robada....de una que dirije el arte, o una arte direccionada, o una direccion artistica, o esa que dice que le gusta hacer dibudibujitos con sus pintupinturines...
jajaja! q bueno q está!! ay gorda no puedo creer q no mostraras todas estas cosas antes. y opino igual q por allí arriba, muchas veces no viene mal un putita.. o un "flor de trola" (para mihelj), o mejor un "que hijo de puta" (convengamos q en gral cuando no medimos las palbras lo hacemos refiriéndonos a alguien del sexo masculino, y en gral se lo merecen). pero bue, te lo dice alguien q, como verás, no suele medir sus palabras.
El dibujante argentino Ricardo Siri, conocido como Liniers, titula su blog “Cosas que te pasan si estás vivo”. Frente al dibujo, como espectadores, compartimos un factor obvio: estamos vivos. Y llegamos ahí con el deseo de dar con algo que exprese esa condición. Quizás porque la identificación resulta ser un alivio. Con ese propósito, el arte nos detiene y nos hunde en las cosas que nos acostumbramos a transitar por la superficie o a reconocer por su envoltorio, nos propone universos alternativos y revela éste. Parece querer devolvernos al idioma común y único previo a la torre de Babel, que son justamente las cosas que nos pasan por estar vivos. En este sentido la ilustración tiene una propiedad singular, porque antes de aprender a leer y a escribir, supimos observar e improvisar dibujos. De alguna manera el arte visual nos resulta para siempre un alivio de la palabra, de su linealidad y mutabilidad lenta. Jacqueline Schneider se vale del trazo, del color y de la imagen para comunicar. Saca punta y, así de afilada, nos propone su obra, las “cositas” (definición para siempre tentativa, por parte de la autora) que funcionan como un bisturí dispuesto a encontrar algo adentro nuestro, algo que está casi en la anatomía. Su trabajo tiene el doble filo de la ternura infantil combinada con la profundidad de quien sabe observar hondo. La paleta de la que dispone es un cajón desordenado en el que guarda lápices Faber-Castell nuevos, Crayola de los que tienen olor a frutas o a chicle, la Mac, una birome Bic bien criolla y algunas palabras: las justas (lo bueno, si breve, dos veces bueno). La materia prima que utiliza puede surgir de una investigación por armarios viejos como de la observación, limpia, de la naturaleza; y es sometida a una reelaboración constante: Algunos retratos requieren la economía de un solo ojo para omitir dos cejas mil veces dibujadas e inaugurar una visión. Otros prefieren flores, en lugar de ojos. El collage y la técnica mixta son los medios ideales para ella, porque a través de la superposición y en el diálogo que se pone en juego dentro de sus ilustraciones, Schneider encuentra el humor, el concepto y el mensaje. Son varias y eclécticas las herramientas con las que cuenta para concentrar varios universos de significado en una sola “cosita”. Puede enfocar el ojo sobre una serie de mujeres comunes y hacerlas personaje en la representación, revelando algunos rasgos tal como aparecen, y convirtiendo otros en caricatura. De la misma manera, le es posible crear estas heroínas de la nada, combinando antifaces, cabelleras de Gorgona y hombros desnudos. Queda claro que la mirada se detiene en lo femenino, que para Schneider las generaciones parecen sucederse de madres a hijas, que el testimonio que se pasan de mano en mano es un legado de autosuficiencia y fortaleza, incluso en sus formas más redondas. Y como artista ella le hace honor a ese legado. Es activa tanto en la experimentación como en la exposición de su trabajo. Ir a sus exposiciones es comprobar el compromiso que tiene con la comunicación de su obra. Es capaz de armar la estructura sobre la cual se monta la muestra, en galerías o al aire libre, y pasar la jornada entre los espectadores, disfrutando de esa instancia que tiene que ver con mostrar el trabajo realizado y ser testigo de la recepción. Se involucra en proyectos que la invitan a desarrollar consignas desde puntos de partida originales (“Cómo es Dios” y “Proyecto Tarot Colectivo”, por ejemplo) y a ilustrar conceptos abstractos y complejos. Y al resultado lo llamamos “cosita” porque una definición más exacta sería atroz. No son más –ni menos– que cosas que nos pasan por estar vivos, por ser nenes, grandes, mujeres, terrestres, huérfanos, viajeros, sensibles, humanos. Simplemente.
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5 comentarios:
bri llan te. no sé qué decir, me parece brillante cómo concentrás tanto en UN algo. me hacés bien, tengo que aprender de esa economía. gracias.
(igual un putita de vez en cuando y bien ubicado en contexto nunca viene mal, convengamos. jujuju)
hablando de incosntancias....
No quiero soñar
mil veces las mismas cosas
ni contemplarlas sabiamente
quiero que me trates suavemente
por dios, ya tengo piel de gallina..en vìas de gallinero
mirala a la jack jack como sabe usar las guidelines para escribir guarangadas.. jaja!!
me gusto mucho, che, muy piola muy!
a su vez, "q bien que dirijis el arte" te diria si no fuese una frase robada....de una que dirije el arte, o una arte direccionada, o una direccion artistica, o esa que dice que le gusta hacer dibudibujitos con sus pintupinturines...
saluditos
jajaja! q bueno q está!! ay gorda no puedo creer q no mostraras todas estas cosas antes.
y opino igual q por allí arriba, muchas veces no viene mal un putita.. o un "flor de trola" (para mihelj), o mejor un "que hijo de puta" (convengamos q en gral cuando no medimos las palbras lo hacemos refiriéndonos a alguien del sexo masculino, y en gral se lo merecen). pero bue, te lo dice alguien q, como verás, no suele medir sus palabras.
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