martes, 24 de noviembre de 2009

A lo Milo


Milo Lockett es el artista favorito de mi hermana favorita.

Las razones están a la vista. Ella siempre mantuvo ese amor a la infancia y esa adoración ciega a la niñez, algo que ayuda a entender porque se enamoro de las obras del chaqueño.

Aprender a dibujar, como andar en bici dirían, es algo que no se olvida. A medida que adquirís más herramientas, que afilas la vista y ejercitas la mano, uno abandona los garabatos, para encontrarse con cosas que uno considera más profundas. Ver las cosas de manera más compleja. Investigar y adentrarse. Pero es en este proceso donde uno pierde la profundidad de aquel que sólo observa y se deja llevar, al que permite pintar a través de emociones y no influenciado por información, parámetros y técnicas.


"No hay que abandonar al niño interno", diría Prof. R. Peláez, una vez más, si estuviese leyendo esto. (gracias)


Lockett se deja admirar, porque el artista mantiene eso que uno pierde al pasar el tiempo. Al crecer, sin duda. Uno como artista se va formando como un espiral, gira y gira, crece, se agranda, manteniendo un centro, pero expandiéndose siempre. (esto es abarcar o perder?) Aprendes a ver el cuerpo humano como piezas geométricas, te chocas con brillos descubriendo sombras, le sacas punta a curvas, te animas a ensuciar la paleta. Y como si fuese poco, Lockett hace todo esto; crece, se expande, gira. Pero vuelve al eje con todo ese aprendizaje pero sin perder lo genuino. Aquello que siempre estuvo.


y por esto, me saco la galera.


Hace unas semanas, lleve a mis sobrinas a andar en bicicleta. Era su primera vez sobre bicis sin rueditas. Más o menos después de la sexta caída, Valentina, desde el piso, con una nueva frutilla y los ojos agotados por no querer llorar, me dice: "A mi me encanta andar en bici en días como este."

Hace cuanto algo en nuestras vidas no se remite o se reduce a algo tan genuino como un día soleado al lado del río? Como uno, a medida que crece, pierde la visión y el centro de las cosas, se sumerge en historias, pensamientos, sueños y frustraciones, cuando lo lindo es algo tan fácil como andar en bici en un sábado soleado. (siempre estuvo ahí, no? qué más?)


Sin más interludio, y hasta con vergüenza de que incluso exista uno, acá el cuadrito que se hizo para mi hermana. Los dibujos son de mis sobrinos, mi tarea fue más didáctica, que artística. Yo hice un taller de Modelo Vivo y abandone la idea de cuerpos humanos como palitos. (Crecer, no? Que loco, ya no me sale, lo extraño) No me deje llevar, copie un estilo. Y hasta estaba tan preocupada con la combinación de colores que le tuve que pedir a mi amigo Huevo que me de una mano pintando a los chicos. Hue nunca dibujo en su vida, y ahora pinto un cuadro conmigo y no le pudo haber salido mejor.


y por esto, y aquello, y todo lo demás,

me saco la galera.

:)

Tom y Milo


-------------------------------

"It's like forgetting the words of your favourite song. You can't believe it, you were always singing along. It was so easy and the words so sweet. But you can't remember, so you try to feel the beat." - R. SPEKTOR.


Acrílicos, óleos e indeleble.

Gracias Lockett, gracias Huevo Montes.

Con amor a Cris.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no al plalgio si a estos tributos!
zequi